sábado, 11 de abril de 2009

La citología vaginal puede tener los días contados


Una prueba de ADN es más eficaz para detectar el cáncer de cuello de útero
MALEN RUIZ DE ELVIRA - Madrid
La prueba de Papanicolaou o citología vaginal, utilizada rutinariamente en los países occidentales para detectar el cáncer de cuello de útero, parece tener sus días contados. Un megaensayo, realizado durante ocho años en India en más de 130.000 mujeres, ha evaluado la eficacia de un nuevo test de ADN para detectar la infección por las variantes más agresivas del virus del papiloma, causante de este cáncer. En el ensayo se ha comparado con la prueba de Papanicolaou y con la inspección visual con ácido acético, que se utiliza sobre todo en países en desarrollo, y los resultados indican que, al menos en los países pobres en los que no hay acceso a la prueba de Papanicolaou, una sola ronda de cribado genético reduce significativamente los casos de cáncer de cuello de útero avanzado y de muertes debidas a éste.
Las mujeres no tendrían que hacerse la revisión todos los años
El ensayo ha sido dirigido por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, de la OMS, en el distrito de Osmanabad (Estado de Maharashtra) y financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates. India es el país con más casos de cáncer de útero del mundo, y esta enfermedad es la primera causa de muerte por cáncer entre las mujeres.
Aunque el ensayo, que se publica en la revista New England Journal of Medicine, se haya hecho en un país en desarrollo, tiene consecuencias para la sanidad occidental, explican dos expertos estadounidenses en la misma publicación, quienes se inclinan porque la prueba digene VPH se adopte como primera arma contra el cáncer de cuello de útero. Ya está aprobada en Estados Unidos y en Europa para su empleo junto a la citología en mujeres mayores de 30 años y ha sido objeto de otros ensayos anteriores. Sin embargo, "éste es el primer estudio que documenta, además de la detección precoz de lesiones, una reducción de la mortalidad por cáncer cervical, que es el objetivo último de los programas de cribado", explica Xavier Bosch, del Instituto Catalán de Oncología, en un comunicado de la empresa Qiagen, fabricante de la nueva prueba. "La evidencia científica es más que suficiente para recomendar un cambio de estrategia que claramente está ocurriendo de forma gradual en muchos países".
Además, se evitaría la actual práctica generalizada de hacer una citología anual. La prueba genética se haría sólo cada tres o cinco años, o incluso más tiempo, con el consiguiente ahorro en el gasto sanitario.
Tampoco se puede olvidar que se está generalizando la vacuna contra el cáncer de cuello de útero, que no excluye un control posterior, y, según Bosch, "en mujeres vacunadas la mejor opción sería sustituir la citología por la prueba VPH", para evitar sobrediagnósticos y tratamientos quirúrgicos innecesarios.
La prueba implica, al igual que la citología, tomar muestras de células, pero el análisis es genético y lo hace una máquina. Se ha puesto a punto una versión que se puede hacer en un entorno sin agua ni electricidad y da en horas el resultado.

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