domingo, 10 de mayo de 2009

Mujeres al borde de un ataque.

Aumentan sus posibilidades de un infarto.
Long Island Al Día, edición especial.
Durante años se ha creído que los infartos y las demás enfermedades asociadas al corazón son problemas exclusivos de los hombres. Esta creencia parte de que muchas mujeres aún consideran que los estrógenos las protegerán toda la vida contra estas dolencias. Y aunque es cierto que estas hormonas contribuyen a prevenir infartos en el género femenino, la ignorancia y los malos hábitos están acabando con el poder de este escudo. Mientras el número de infartos en hombres disminuye, estos episodios en mujeres han aumentado vertiginosamente.
Según la Sociedad Americana del Corazón, en Estados Unidos el 50 por ciento de las mujeres muere por enfermedades del corazón y derrames cerebrales, mientras que en Argentina estos casos se acercan al 40 por ciento.
El aumento se debe a varios factores y uno de ellos es que la mujer con la menopausia pierde esa protección hormonal. "Los estrógenos hacen que sus arterias sean diferentes a las de los hombres. Estas hormonas producen óxido nítrico, un gas que las mantiene dilatadas, que protege sus paredes y evita la formación de trombos. En la menopausia la producción de estrógenos se cae y la mujer queda expuesta al mismo riesgo de un hombre,a esto se suma que muchas mujeres no son conscientes de los cambios que genera esa etapa de la vida en la salud cardiovascular y mantienen ciertos hábitos que son factores de riesgo para un ataque cardíaco. "Si es fumadora, obesa o diabética, los riesgos de tener un infarto son altísimos" . 
A pesar de esta realidad, ellas continúan pensando que el principal problema de salud que tienen es el cáncer de seno.
Pero la ignorancia no es sólo de las mujeres, sino de la sociedad en general, incluidos los médicos. Muchos desconocen los síntomas del infarto en la mujer, los cuales son muy diferentes a los del hombre, que han sido más divulgados a través de medios de comunicación y campañas preventivas. Un estudio publicado en la revista Circulation de enero de 2009 mostró que cuando las mujeres llaman al 911 (número para emergencias en Estados Unidos) con síntomas cardíacos, los paramédicos tardan más en llevarlas al hospital que a los hombres con los mismos síntomas. Aunque el trabajo no revela qué pudo haber pasado, los expertos sugieren que se debe a que hay poca habilidad para reconocer los síntomas de un ataque al corazón en la mujer, tanto por parte de ella como de los expertos. 
Otros estudios publicados en la revista Stroke de abril de 2009 concluyen que las diferencias de género en el manejo clínico para eventos cardíacos, particularmente en caso de derrame cerebral, persisten en las salas de emergencia de los hospitales. Entre otras cosas, el trabajo mostró que se les demora más en las salas de espera y que el tratamiento es menos agresivo que el de los hombres, aun cuando a las mujeres les va peor que a ellos luego de un evento cerebral de este tipo. "Hay una brecha en el tratamiento y en la conciencia sobre la enfermedad en las mujeres", dice Lori Mosca, vocera del American Heart Association.
En efecto, las diferencias son notorias, pero aún no han sido asimiladas por la sociedad. Mientras ellos sienten un dolor en el pecho o una opresión que se puede propagar al cuello, la mandíbula o los brazos, ellas sufren una picada en la boca del estómago, molestia que se propaga a la espalda y no a los brazos. Estos indicios hacen que el infarto en una mujer se confunda con un episodio de gastritis y por eso no le dan la importancia que requiere. Además, el corazón de la mujer es mucho más pequeño que el del hombre, lo que también complica el diagnóstico oportuno del infarto, pues los cambios que se puede observar en el electrocardiograma o en las enzimas son casi imperceptibles.
Otros indicadores importantes que son diferentes entre hombres y mujeres son los niveles de colesterol y la circunferencia de la cintura. En los hombres se tiene en cuenta que tenga alto el colesterol malo o LDL, mientras que para las mujeres tener el colesterol bueno o HDL bajo es el factor de riesgo. De igual manera, si la circunferencia de la cintura en las mujeres es mayor a 80 centímetros existe peligro de padecer cualquier enfermedad cardiovascular.
Los anticonceptivos orales, pueden ser causantes y agravantes a la hora de sufrir un infarto. "Esas pepas pasan por el hígado y producen la proteína C reactiva (PCR), la cual es un marcador de inflamación vascular. Cuando la mujer llega a la menopausia, el HDL (colesterol bueno) se le baja y el anticonceptivo aumenta el PCR, entonces, sin el escudo que la protege más la inflamación la hace más propensa". 
De igual forma, el estilo de vida de las mujeres complica un infarto, puesto que además de la afección cardíaca, muchas tienen problemas de diabetes, hipertensión, obesidad o colesterol. Aunque normalmente los infartos se presentan en mujeres mayores de 55 años, quienes fuman corren el riesgo de sufrirlo 19 años antes que las no fumadoras. El 60 por ciento de los infartos en mujeres menores de 60 años se da en fumadoras. La Federación Internacional del Corazón (FIC) estableció que fumar hasta 15 cigarrillos diarios y tomar anticonceptivos aumenta cinco veces la posibilidad de padecer enfermedades del corazón.
Algunos expertos sugieren que todo lo anterior se debe a que los programas de prevención de estos factores de riesgo no han sido tan agresivos en las mujeres como en los hombres, lo que contribuye al analfabetismo en el tema. Es hora de que la sociedad conozca estas diferencias para que ellas puedan tener programas preventivos tan exitosos como los que han tenido los hombres.

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