Long Island Al Día.
El hígado, fundamental para el funcionamiento del cuerpo, es el encargado de filtrar todo lo que se come, se bebe o se absorbe a través de la piel. Sintetiza la mayoría de las proteínas, produce encimas y algunas hormonas, controla el metabolismo, garantiza una adecuada coagulación de la sangre, almacena carbohidratos y elimina toxinas, medicinas y alcohol. Aunque el cáncer de hígado es el sexto más frecuente en el mundo y la tercera causa de mortalidad por cáncer, es prevenible. El doctor Rolf Alwers, internista y gerente de la Unidad de Medicina especializada de Bayer, explica la enfermedad, sus factores de riesgo y las condiciones que pueden desencadenarlo.
¿Cuáles son los síntomas de un cáncer hepático?
Tiene una particularidad y es que puede crecer durante mucho tiempo sin ningún tipo de síntomas. La glándula hepática tolera muchas agresiones sin dar síntomas. Cuando no da síntomas y se detecta, tiene mejor pronóstico que cuando el paciente ya presenta señales. Otra dificultad que tiene el diagnóstico es que en el 80 por ciento los cánceres hepáticos no se dan sobre un hígado sano, sino sobre un hígado enfermo que tiene cirrosis, ya sea por hepatitis B, C o alcohólica, que son las más frecuentes. En un principio muchos síntomas pueden no ser los del cáncer sino los de la cirrosis hepática y eso puede presentarse para confusiones.
¿Por qué se produce la cirrosis?
Son tres causas fundamentales: la cirrosis alcohólica, la cirrosis micronodular y las hepatitis crónicas producidas por los virus de la hepatitis B y C. Hay que hacer seguimiento a los pacientes con cirrosis de alto riesgo, pues se calcula que anualmente de un tres a un cinco por ciento de las cirrosis progresan a cánceres hepáticos. En los pacientes cirróticos es muy importante estar atento a la aparición de masas.
¿De qué manera se puede prevenir esta enfermedad?
La prevención del cáncer hepático comienza con la vacunación contra la hepatitis B. Para la hepatitis C no existe todavía una vacuna, pero la enfermedad puede ser tratable. La vacuna debe ser prescrita por un médico pero se puede aplicar a la mayor parte de la población, tanto infantil como adulta, especialmente en aquella con riesgo ocupacional.
Además del trasplante, ¿cuáles son las alternativas para un paciente que tiene cáncer de hígado?
Hasta hace poco no había muchas. La clave en el manejo del cáncer hepático es su diagnóstico temprano, especialmente cuando el paciente es asintomático. El único tratamiento curativo que existe es la cirugía, así que debe hacerse mucho énfasis en que el carcinoma hepático debe prevenirse desde la vacuna de la hepatitis B y el adecuado diagnóstico de la cirrosis.
¿Cuáles son las nuevas alternativas para el manejo de la enfermedad?
Para los estados avanzados pero no terminales, y en pacientes que tienen carcinoma avanzado inoperable, existen una serie de nuevas sustancias llamadas 'Pequeñas moléculas' o 'Terapias moleculares dirigidas', que reducen el aporte sanguíneo al tumor y la replicación del mismo. Con ellas se logra alargar la vida aproximadamente tres meses, lo que para una enfermedad tan agresiva como el cáncer hepático representa un avance.
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