Enciclopedia
En 1844 los dominicanos expulsaron a los haitianos que ocuparon su país durante 22 años luego de que en 1821 se lograra un acuerdo amistoso de independencia con la Corona Española.
En busca de su propio destino y un futuro mejor, la colonia española en Santo Domingo se separó de España en forma no bélica mediante transacciones pacíficas.
Sin embargo, el ansia de libertad e independencia de los habitantes de la parte española de la isla de Santo Domingo se vio cercenado con la inesperada invasión del país por el ejército de la vecina nación haitiana.
Durante 22 años ocuparon los haitianos territorio dominicano e intentaron eliminar el idioma y las costumbres. Obligaron a publicar los documentos oficiales en francés y otras medidas que atentaban contra la esencia misma de las tradiciones y cultura de lo que vendría a ser más tarde el pueblo dominicano.
La segunda mitad de febrero presenta en República Dominicana a una intensa agenda de actividades dedicadas a las fiestas patrias en celebración de la Independencia Nacional lograda el día 27 de febrero y en conmemoración de la lucha patriótica de los héroes de la Independencia Nacional.
Aunque Duarte no estaba, los trinitarios no cejaban en sus acciones y en la causa de la libertad del país. Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Vicente Celestino Duarte dirigían a los trinitarios, casi sin recursos, hacían circular las ideas en hojas manuscritas, para organizarse y sumar adherentes a las ideas separatistas.
El 16 de enero de 1844, fue redactada por don Tomás Bobadilla, la Manifestación de los pueblos de la parte este de la isla, denominada antes Española o de Santo Domingo, en la que se enunciaban las causas de su separación de la República haitiana. Esta Manifestación sería la ley que regiría la república proclamada, hasta que se promulgara su constitución.
Esa noche del 27 de febrero de 1844 iban congregándose poco a poco, pequeños grupos de patriotas que provenían de las distintas zonas de la ciudad.
El comienzo de la acción separatista fue indicado por un trabucazo disparado por Matías Ramón Mella en la puerta de la Misericordia, y que fue oído por todos los habitantes de la ciudad.
Aunque Juan Pablo Duarte, el padre de la Patria, se hallaba ausente, la noche del martes 27 de febrero de 1844, en la puerta del Conde de la ciudad de Santo Domingo, la República Dominicana era proclamada por Tomás Bobadilla, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puebllo, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes expresarían a alas autoridades haitianas su "indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad".
Ese 27 de febrero de 1844, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, cuando llegada la noche se dirigían hacia la Puerta del Conde, en el baluarte de San Genaro, izan la bandera dominicana. Ondea en la ciudad de Santo Domingo la bandera bordada por Concepción Bona y su prima María de Jesús Piña, junto con otras damas. La Bandera había surgido de un proyecto presentado por Juan Pablo Duarte y aprobado, el 16 de julio de 1838 en La trinitaria, donde se presentaban los colores y la forma de la enseña que representaría al nuevo estado, que se denominaría República Dominicana. La cruz blanca es el símbolo de la lucha de los libertadores para legarnos una patria libre.
Los patriotas habían planeado que en la noche del 27 de febrero tomar posesión de todos los fuertes emplazados en la muralla y del puerto. Para llevar a cabo estas acciones, contaban con la cooperación de varios militares que apoyaban la causa y que estaban dispuestos a entregar sus posiciones y ayudar a tomar la Fortaleza.
Ante el apoyo popular y de diversos grupos que unían sus fuerzas por la libertad, los haitianos se consideraron incapaces de combatir un alzamiento de tal magnitud, y el 28 de febrero se obtuvo la capitulación de la guarnición haitiana.
En 1844 los dominicanos expulsaron a los haitianos que ocuparon su país durante 22 años luego de que en 1821 se lograra un acuerdo amistoso de independencia con la Corona Española.
En busca de su propio destino y un futuro mejor, la colonia española en Santo Domingo se separó de España en forma no bélica mediante transacciones pacíficas.
Sin embargo, el ansia de libertad e independencia de los habitantes de la parte española de la isla de Santo Domingo se vio cercenado con la inesperada invasión del país por el ejército de la vecina nación haitiana.
Durante 22 años ocuparon los haitianos territorio dominicano e intentaron eliminar el idioma y las costumbres. Obligaron a publicar los documentos oficiales en francés y otras medidas que atentaban contra la esencia misma de las tradiciones y cultura de lo que vendría a ser más tarde el pueblo dominicano.
La segunda mitad de febrero presenta en República Dominicana a una intensa agenda de actividades dedicadas a las fiestas patrias en celebración de la Independencia Nacional lograda el día 27 de febrero y en conmemoración de la lucha patriótica de los héroes de la Independencia Nacional.
Aunque Duarte no estaba, los trinitarios no cejaban en sus acciones y en la causa de la libertad del país. Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Vicente Celestino Duarte dirigían a los trinitarios, casi sin recursos, hacían circular las ideas en hojas manuscritas, para organizarse y sumar adherentes a las ideas separatistas.
El 16 de enero de 1844, fue redactada por don Tomás Bobadilla, la Manifestación de los pueblos de la parte este de la isla, denominada antes Española o de Santo Domingo, en la que se enunciaban las causas de su separación de la República haitiana. Esta Manifestación sería la ley que regiría la república proclamada, hasta que se promulgara su constitución.
Esa noche del 27 de febrero de 1844 iban congregándose poco a poco, pequeños grupos de patriotas que provenían de las distintas zonas de la ciudad.
El comienzo de la acción separatista fue indicado por un trabucazo disparado por Matías Ramón Mella en la puerta de la Misericordia, y que fue oído por todos los habitantes de la ciudad.
Aunque Juan Pablo Duarte, el padre de la Patria, se hallaba ausente, la noche del martes 27 de febrero de 1844, en la puerta del Conde de la ciudad de Santo Domingo, la República Dominicana era proclamada por Tomás Bobadilla, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puebllo, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes expresarían a alas autoridades haitianas su "indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad".
Ese 27 de febrero de 1844, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, cuando llegada la noche se dirigían hacia la Puerta del Conde, en el baluarte de San Genaro, izan la bandera dominicana. Ondea en la ciudad de Santo Domingo la bandera bordada por Concepción Bona y su prima María de Jesús Piña, junto con otras damas. La Bandera había surgido de un proyecto presentado por Juan Pablo Duarte y aprobado, el 16 de julio de 1838 en La trinitaria, donde se presentaban los colores y la forma de la enseña que representaría al nuevo estado, que se denominaría República Dominicana. La cruz blanca es el símbolo de la lucha de los libertadores para legarnos una patria libre.
Los patriotas habían planeado que en la noche del 27 de febrero tomar posesión de todos los fuertes emplazados en la muralla y del puerto. Para llevar a cabo estas acciones, contaban con la cooperación de varios militares que apoyaban la causa y que estaban dispuestos a entregar sus posiciones y ayudar a tomar la Fortaleza.
Ante el apoyo popular y de diversos grupos que unían sus fuerzas por la libertad, los haitianos se consideraron incapaces de combatir un alzamiento de tal magnitud, y el 28 de febrero se obtuvo la capitulación de la guarnición haitiana.
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