Long Island Al Día.
Aunque las cifras varían de país a país, el común denominador es el crecimiento de los indicadores de maternidad tardía, es decir aquella que sucede después de los 35 años.
Una investigación del Centro de Estudios Femeninos de la Universidad de Texas, liderado por la investigadora Elizabeth Gregory, estableció que solo en Estados Unidos el porcentaje de madres con edades entre los 35 y 39 años de edad en el año 2008 es diez veces mayor al índice de 1975. En el rango de 40 a 44 el indicador ascendente es tres veces mayor.
Esa misma línea de comportamiento reflejó un estudio del Instituto Nacional de Estadística Español que estableció un incremento en los niveles de maternidad de mujeres de 40 a 50 años.
De acuerdo con la explicación de Gregory, que registró en el libro Ready: Why women are embracing the new later motherhood (Listas: Por qué las mujeres abrazan la nueva maternidad tardía), entre los argumentos esgrimidos por las mujeres para posponer la concepción y el nacimiento está la necesidad de consolidar un proyecto de vida y de crecimiento profesional que incluya toda un etapa de formación académica ,segunda carrera, maestrías, doctorados, ascenso laboral y mejores ingresos, de modo tal que puedan garantizar un futuro estable y una solvencia económica antes de asumir la responsabilidad de responder por un hijo.
En su investigación, Gregory también encontró como razón fundamental para retrasar la maternidad "el deseo y la necesidad psicológica de armarse una vida armónica, satisfactoria y sólida".
Responsabilidad compartida
Ahora, la decisión de maternidad tardía no corresponde exclusivamente a una iniciativa de orden individual, centrada en unos intereses profesionales y laborales de la mujer, sino sobre todo a la estabilidad emocional.
El estudio de la investigadora estadounidense encontró que, en la mayoría de las ocasiones, esa maternidad después de los 35 años también está estrechamente ligada a la consolidación de una estabilidad de pareja, concebida en términos de un proyecto de vida conjunto.
De hecho, la mujer de hoy que opta por la maternidad tardía tiene la certeza de una igualdad de condiciones profesionales, laborales y emocionales con el padre de su hijo, con una visión clara de responsabilidades compartidas.
Según estableció Gregory en el desarrollo de su investigación, el 85 por ciento de mamás que estaban casadas tenían una unión de hecho. "Estas mujeres han tenido el tiempo para encontrar al compañero adecuado, tienen la experiencia de la vida que les permite tener la madurez suficiente para manejar situaciones complejas tanto del trabajo como en su relación íntima con la pareja. Eso asegura la estabilidad emocional de los niños".
Adicional a lo anterior, el estudio 'Maternidad tardía: incidencia, perfiles y discursos', liderado por la investigadora Rosario Sampedro, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, estableció que aunque la maternidad tardía aparece como fruto de una decisión libre y personal, también es la respuesta a una especie de instinto que hace que las mujeres necesiten ser madres.
"Los hijos implican el fin de una fase vital caracterizado por la libertad, el fin de la juventud y el comienzo de una situación de dependencia y de asunción de nuevas responsabilidades", concluyó Sampedro en su investigación.
Más edad, más difícil
Los especialistas consideran el estado de gravidez después de los 35 años como de alto riesgo. De acuerdo con la explicación de ginecoobstetras especialistas en reproducción, las embarazadas de esa edad y mayores presentan más frecuentemente complicaciones de salud como diabetes gestacional, hipertensión arterial, alteraciones en la tiroides y problemas cardiovasculares.
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