Periodismo con toque personal
Periodista digital
Cuando el Airbus 320 de la US Arways cayó sobre el río Hudson el pasado mes, Newsweek envió reporteros y fotógrafos. Un esfuerzo considerable para un artículo que sólo apareció en la edición digital. Si ocurriera un episodio similar seis meses después, los editores del semanario lo tienen claro: no se molestarían en publicarlo.
La crisis, que ha afectado de una manera sin precedentes a la prensa estadounidense, ha abierto los ojos de los editores de principales publicaciones que ven necesario un cambio de modelo en el periodismo tradicional.
Tribune Company, el segundo mayor editor de prensa de EEUU y propietario de prestigiosas cabeceras como Chicago Tribune, Los Angeles Times o The Baltimore Sun, tuvo que declararse en quiebra a finales del pasado año incapaz de hacer frente a sus numerosas deudas. La editora de The New York Times, propietaria de casi dos docenas de cabeceras y 50 páginas webs, ha visto caer sus beneficios hasta un 50% y sólo la inversión del multimillonario mexicano Carlos Slim ha salvado los muebles.
Ante esta situación, gigantes del sector como Time o The New York Times estudian nuevas formas de negocio como el cobro por los contenidos digitales. En la misma onda se han expresado los editores de Newsweek. Las ganancias de la empresa editora de este semanario, el grupo editorial Washington Post, han caído un 86% en el último trimestre y se han visto obligados a cerrar alguna de sus cabeceras.
Newsweek ha iniciado su particular travesía en el desierto para poder sobrevivir. Y para ello verá cambiado su diseño, sus contenidos y, especialmente, su identidad. Los ejecutivos advierten que se ha acabado la cobertura obligatoria de los grandes eventos. El editor de Newsweek, Jon Meacham, lo explicaba a The New York Times: "Si no tenemos algo original que contar, no lo haremos. Perseguir las noticias de la semana para añadirles un par de detalles nuevos ya no es sostenible".
Aunque algunas medidas como bajar el precio de las suscripciones tuvieron cierto impacto hace unos meses, los ejecutivos del semanario no se fían. Para su consejero delegado, Tom Ascheim, la revista tiene un núcleo de 1,2 millones de suscriptores más interesados en la información y con ingresos más altos que el lector medio. Es ahí donde quieren construir su negocio: "Son nuestros mejores clientes y pagan mejor".
En la primera mitad de 2008, los suscriptores de Newsweek pagaban una media de 25 dólares al año; es decir, 47 centavos por copia, mucho menos que los 4,95 dólares que cuesta la revista en el estante. Por eso quieren aumentar el precio a 50 dólares al año. A cambio, los editores "esperan que un cambio hacia, no sólo los análisis y los comentarios, sino una visión personal, prescriptiva y hasta excéntrica de la actualidad". Contará además con artículos de escritores de renombre como Cristopher Hitchens, Farred Zakaria y George Will. En cuanto al diseño, utilizarán un papel más grueso que resulta más atractivo para lectores y anunciantes. Lo que no cuentan los editores es que a finales de 2007 el semanario ya fue rediseñado; pero cualquier cambio les dejará en mejor lugar que donde estaban.
La crisis, que ha afectado de una manera sin precedentes a la prensa estadounidense, ha abierto los ojos de los editores de principales publicaciones que ven necesario un cambio de modelo en el periodismo tradicional.
Tribune Company, el segundo mayor editor de prensa de EEUU y propietario de prestigiosas cabeceras como Chicago Tribune, Los Angeles Times o The Baltimore Sun, tuvo que declararse en quiebra a finales del pasado año incapaz de hacer frente a sus numerosas deudas. La editora de The New York Times, propietaria de casi dos docenas de cabeceras y 50 páginas webs, ha visto caer sus beneficios hasta un 50% y sólo la inversión del multimillonario mexicano Carlos Slim ha salvado los muebles.
Ante esta situación, gigantes del sector como Time o The New York Times estudian nuevas formas de negocio como el cobro por los contenidos digitales. En la misma onda se han expresado los editores de Newsweek. Las ganancias de la empresa editora de este semanario, el grupo editorial Washington Post, han caído un 86% en el último trimestre y se han visto obligados a cerrar alguna de sus cabeceras.
Newsweek ha iniciado su particular travesía en el desierto para poder sobrevivir. Y para ello verá cambiado su diseño, sus contenidos y, especialmente, su identidad. Los ejecutivos advierten que se ha acabado la cobertura obligatoria de los grandes eventos. El editor de Newsweek, Jon Meacham, lo explicaba a The New York Times: "Si no tenemos algo original que contar, no lo haremos. Perseguir las noticias de la semana para añadirles un par de detalles nuevos ya no es sostenible".
Aunque algunas medidas como bajar el precio de las suscripciones tuvieron cierto impacto hace unos meses, los ejecutivos del semanario no se fían. Para su consejero delegado, Tom Ascheim, la revista tiene un núcleo de 1,2 millones de suscriptores más interesados en la información y con ingresos más altos que el lector medio. Es ahí donde quieren construir su negocio: "Son nuestros mejores clientes y pagan mejor".
En la primera mitad de 2008, los suscriptores de Newsweek pagaban una media de 25 dólares al año; es decir, 47 centavos por copia, mucho menos que los 4,95 dólares que cuesta la revista en el estante. Por eso quieren aumentar el precio a 50 dólares al año. A cambio, los editores "esperan que un cambio hacia, no sólo los análisis y los comentarios, sino una visión personal, prescriptiva y hasta excéntrica de la actualidad". Contará además con artículos de escritores de renombre como Cristopher Hitchens, Farred Zakaria y George Will. En cuanto al diseño, utilizarán un papel más grueso que resulta más atractivo para lectores y anunciantes. Lo que no cuentan los editores es que a finales de 2007 el semanario ya fue rediseñado; pero cualquier cambio les dejará en mejor lugar que donde estaban.
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