lunes, 16 de febrero de 2009

Chávez consigue vía libre a la reelección



Referéndum en Venezuela
Resumen de agencias

A la segunda intentona, Hugo Chávez ganó. El 54,36% de los venezolanos votó ayer sí a la reforma constitucional que permitirá al actual presidente de Venezuela presentarse a la reelección cuantas veces quiera. Con el 94% de los votos escrutados y una participación superior al 70%, la opción del no que defendía toda la oposición sólo consiguió un 45,63% de los sufragios. Chávez había cursado la orden a su poderosa maquinaria electoral de que buscara el voto hasta debajo de las piedras. Barrio por barrio. Puerta por puerta. "No me falléis", les había pedido, "que yo no os fallaré".
Sólo unos minutos después de conocer la victoria, Chávez se dirigió a la multitud desde el balcón del palacio presidencial -escoltado por sus hijas y nietos- y realizó un juramento solemne tomando prestadas unas palabras del apóstol San Pablo: "Me consumo y me consumiré gustosamente al servicio del hombre sufriente, de la mujer sufriente, del pueblo sufriente. Me consagro íntegramente al pleno servicio del pueblo. Todo lo que me queda de vida. Así lo juro, delante del pueblo, de mis hijas, de mis nietos. A menos que el pueblo decida lo contrario, este soldado será el candidato a las elecciones de 2012 para dirigir al país entre 2013 y 2019".
Chávez dejó anoche rienda suelta a su felicidad. Y desde el balcón de Miraflores fue dando la bienvenida a las columnas de jóvenes que llegaban desde los barrios más alejados para celebrar la victoria. "Hemos abierto de par en par", les dijo con la voz a punto de romperse, "las puertas del futuro. Venezuela ya no volverá al pasado de la indignidad. ¡Ha sido una gran victoria! ¡Aquí está el pueblo de Simón Bolívar levantando las banderas de la dignidad! ¡Victoria, victoria, victoria popular!".
La multitud, que agitaba las banderas, rompió en aplausos cuando el comando de la revolución le confió que el primer mensaje de felicitación se lo acababa de mandar Fidel Castro. "Querido Hugo", decía el mensaje del viejo líder cubano, "felicidades para ti y para tu pueblo por una victoria que, por su magnitud, es imposible de medir".
La victoria llega en un momento que -pese a las lógicas euforias del momento- se presenta difícil para el proyecto revolucionario. Primero, porque la situación de la economía mundial -y la caída del precio del petróleo- requiere una forma de hacer política más austera, ya sin el cheque que ha facilitado los afectos internos y externos. Por otro, las bases de la revolución han venido mostrando su preocupación porque la nueva burguesía surgida a la sombra del poder bolivariano -los aquí llamados boliburgueses- pudiera estar adulterando los fines del proyecto para su propio enriquecimiento. Consciente de esa situación, el presidente aprovechó ayer su visita al colegio electoral para lanzar un mensaje de tranquilidad a sus bases: "Nunca pactaré con la burguesía para apuñalar al pueblo por la espalda".
Hasta que Chávez no terminó de hde casi dos horas-, los representantes de la oposición no pudieron empezar su comparecencia ante la prensa, dado que el presidente ordenó que su fiesta fuera retransmitida "en cadena" por todas las emisoras de televisión. En las puertas de la madrugada, Caracas es una fiesta de color rojo revolución.

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